Comunicación interauricular (CIA)
Autor: Dra. Mónica Rodríguez (Fundadora de la UCC. Cardiólogo, Unidad de Cardiopatías Congénitas. Hospital Universitario HM Montepríncipe. Madrid)

Definición

Se llama comunicación interauricular (CIA) al defecto en el cierre completo de la pared que separa ambas aurículas, quedando éstas comunicadas entre sí a través del mismo.

Causas

Como en la mayoría de las cardiopatías congénitas, no se conoce la causa exacta que provoca en el embrión esta cardiopatía. Se atribuye, fundamentalmente, a causas genéticas de momento no identificadas. Por otro lado, el 25% al 40% de las CIAs se asocian a algún defecto cardiaco o extracardiaco.

Incidencia

La CIA aparece en 1/15000 recién nacidos vivos y es de 2 a 4 veces más frecuente en mujeres que en varones.

Formas anatómicas

La forma más frecuente es la comunicación interauricular (CIA) tipo fosa oval u ostium secundum. La pared que separa ambas aurículas durante la vida fetal presenta un orificio, situado aproximadamente en el centro de la misma, que se llama fosa oval. Este defecto mide al nacimiento 3-4 mm de diámetro, por regla general, aunque esta medida es muy variable. La fosa oval debe cerrarse poco a poco en fase postnatal, completándose el proceso generalmente hacia los 2 años de edad. En la mayoría de las personas, sin embargo, la fosa oval no se cierra totalmente, aunque no permite el paso de sangre a su través a no ser que se la fuerce; es como una puerta cerrada que se puede abrir si se la empuja.

Si la fosa oval no se cierra espontáneamente y queda abierta con un diámetro que supera los 3 mm, a este defecto se le llama CIA tipo fosa oval u ostium secundum. Se trata, por tanto, de una estructura propia del corazón fetal que no ha evolucionado correctamente en fase postnatal.

Si el defecto mide 3 mm o menos, se llama foramen oval. Se calcula que el 15%-20% de los adultos sanos tienen el foramen oval permeable, en la mayoría de los casos de manera inadvertida, ya que para diagnosticarlo es necesario hacer un ecocardiograma transtorácico o transesofágico. La persistencia del foramen oval aumenta ligeramente el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, sobre todo si se practica buceo con bombona de oxígeno o alpinismo a grandes alturas.

Otras formas menos frecuentes de CIA son:

  1. CIA tipo ostium primum. Ver canal OP.
  2. CIA tipo seno venoso: Se trata de un defecto localizado en la zona más posterior de la pared interauricular, junto a la desembocadura de las venas cavas. Casi siempre se asocia a drenaje venoso pulmonar anómalo parcial. Ver DVPAP.
  3. CIA tipo seno coronario. Es muy infrecuente y se debe a la ausencia del tejido que separa la desembocadura de las venas coronarias y la aurícula izquierda. Suele asociarse a otras cardiopatías más complejas.

Presentación clínica

En presencia de una CIA, pasa sangre oxigenada (roja) desde la aurícula izquierda (AI) (tiene más presión) a la aurícula derecha (AD) (tiene menos presión). En la aurícula derecha, este exceso de sangre se mezcla (violeta) con la sangre sin oxígeno (azul) que proviene de las cavas.

El flujo de sangre extra recircula entre pulmón y corazón sobrecargándolos de volumen (aurícula derecha, ventrículo derecho, arteria pulmonar y aurícula izquierda), pudiendo causar alteraciones clínicas, aunque más suaves y de aparición más tardía que las causadas por el ductus o la CIV. Estas alteraciones pueden ser, en niños pequeños, curva de peso lenta y tendencia a infecciones respiratorias bajas. En niños mayores puede observarse intolerancia al ejercicio. Ocasionalmente, una CIA no corregida en adultos puede provocar arritmias crónicas y, en casos infrecuentes, hipertensión pulmonar irreversible.

En el video superior se puede apreciar la presencia de una CIA (llamarada de color verde) en la proyección ecocardiográfica de cuatro cámaras

Tratamiento

Cualquier CIA que produzca síntomas clínicos o provoque dilatación de las cavidades derechas del corazón en ecocardiograma o bien tenga un diámetro igual o superior a 6 mm, debe ser sometida a cierre, percutáneo (cateterismo) o quirúrgico.

Una CIA de diámetro menor o igual a 5 mm, que no dilate las cavidades derechas del corazón y no produzca síntomas clínicos, tiene una indicación dudosa de cierre y puede ser seguida ambulatoriamente en espera de evolución. El foramen oval permeable debe ser cerrado solo si el portador ha sufrido un accidente cerebrovascular o si las circunstancias especiales del paciente así lo aconsejan (buceadores profesionales u otras profesiones de riesgo).

Cierre percutáneo

Hoy día el tratamiento habitual o de elección es el cierre por cateterismo terapéutico en los casos en que la CIA es apta para ello.

Este procedimiento consiste en introducir a través de un catéter un dispositivo de cierre que ocluya la CIA. Para ello se requiere que ésta tenga bordes de tejido a su alrededor, de tamaño adecuado para el implante y fijación del dispositivo. Solo la CIA tipo ostium secundum y el foramen oval son accesibles al cierre percutáneo, aunque en la práctica diaria, en uno de cada 4-5 casos no es posible el cierre percutáneo, debiéndose cerrar entonces la CIA mediante cirugía. El resto de formas anatómicas de la CIA deben cerrarse siempre quirúrgicamente.

El momento apropiado para el cierre percutáneo es óptimo a partir de los 4-5 años de edad y los 15 kilos de peso, aunque estos límites han ido bajando progresivamente, de modo que el procedimiento es realizable con seguridad en niños cada vez más pequeños.

Corrección quirúrgica

La figura superior izquierda muestra una CIA tipo Ostium Secundum estandard. El cierre quirúrgico de la CIA consiste habitualmente en una simple sutura continua, sin añadir ningún otro tipo de material, tal como muestra el figura superior derecha. Ocasionalmente es necesario el uso de parche si la CIA es muy grande o tiene características especiales (tipos seno venoso, ostium primum y seno coronario).

Si se considera que una CIA debe ser cerrada por síntomas o importante lentitud en la curva de peso en un niño pequeño (de 4-5 años o <15 Kg de peso), debe ser cerrada quirúrgicamente sin esperar a que crezca para poderla cerrar más tarde por cateterismo.

Esta patología puede diagnosticarse en la edad adulta.  Ver CIA en el adulto.