Las vacunas son medicamentos que se administran por la boca o por una inyección en los músculos o en la piel con el objetivo de estimular la producción de defensas (anticuerpos) que eviten padecer una enfermedad infecciosa. Las vacunas pueden contener microorganismos (vacunas “vivas” atenuadas) o contener fragmentos “no vivos” de microorganismos (vacunas inactivadas).
La protección que se consigue con las vacunas debe estar libre de efectos secundarios importantes y su efecto protector debe mantenerse durante amplios períodos de tiempo. Para conseguir que el organismo produzca una respuesta inmune protectora, la vacuna tiene que contener partes de los virus o bacterias de los que nos queremos proteger.
Calendario Vacunal Oficial
La Asociación Española de Pediatría, a través del Comité Asesor de Vacunas, revisa anualmente las recomendaciones de vacunación en la edad pediátrica y publica un Calendario Vacunal Oficial, que puede tener pequeñas modificaciones en función de la Comunidad Autónoma donde se viva y que está disponible en la web de La Asociación Española de Pediatría (http://www.aeped.es/vacunas).
En la página web se incluyen las vacunas sistemáticas, que significa que todos los niños en España deben recibirlas de forma universal de acuerdo a las recomendaciones de expertos pediátricos en vacunación. Aunque la mayoría de las vacunas sistemáticas están financiadas por el Sistema Público Sanitario, en la actualidad hay vacunas sistemáticas no financiadas, lo que significa que hay que pagarlas de forma privada por cada familia (es el caso de las vacunas frente al rotavirus y meningococo B).
Dado que puede haber cambios anuales por los expertos pediátricos en vacunación y pequeñas variaciones en función de la Comunidad Autónoma de residencia, es necesario consultar al pediatra de cabecera las recomendaciones actuales de vacunación para disponer de una información actualizada.
Vacunas sistemáticas (para todos los niños, incluidos los cardiópatas):
- Antihepatitis B: 3 dosis, a los 2, 4 y 11-12 meses de edad.
- Anti difteria, tétanos y tosferina: 5 dosis, primo-vacunación con 2 dosis, a los 2 y 4 meses; refuerzo a los 11-12 meses (tercera dosis); a los 6 años (cuarta dosis) y a los 11-14 años (quinta dosis).
- Poliomelitis inactivada: 4 dosis, primovacunación con 2 dosis, a los 2 y 4 meses, y refuerzos a los 11-12 meses y a los 6 años.
- Vacuna conjugada frente al Haemophilus influenzae tipo b: 3 dosis, primo-vacunación a los 2 y 4 meses y refuerzo a los 11-12 meses.
- Vacuna conjugada frente al neumococo: 3 dosis, las 2 primeras a los 2 y 4 meses con un refuerzo a los 11-12 meses de edad.
- Vacuna conjugada frente al meningococo C: 3 dosis de vacuna conjugada monovalente, 1 dosis a los 4 meses, otra a los 12 meses de edad y una dosis final a los 11-12 años.
- Vacuna frente al sarampión, la rubeola y la parotiditis: 2 dosis de vacuna sarampión-rubeola-parotiditis (triple vírica), a los 12 meses y a los 2-4 años de edad, preferentemente a los 2 años.
- Vacuna frente a la varicela: 2 dosis, a los 15 meses y a los 2-4 años de edad, preferentemente a los 2 años.
- Vacuna frente al virus del papiloma humano, sólo para niñas, 2 dosis a los 11-12 años.
- Vacuna frente al meningococo B: 4 dosis, las 3 primeras en el primer año (2, 4 y 6 meses) con un refuerzo entre los 12-15 meses de edad
- Vacuna frente al rotavirus: 2 o 3 dosis dependiendo del preparado vacunal. Cada vez más Comunidades Autónomas incluyen en su Calendario Vacunal la protección frente al rotavirus, el principal responsable de gastroenteritis en la edad pediátrica. Este virus ocasiona malestar general con cansancio, vómitos y diarrea. Hay que tener especial precaución en los niños cardiópatas que toman diuréticos, dado que tienen mayor riesgo de deshidratación.
Vacunas recomendables en niños con cardiopatía:
- Antigripal. La vacunación frente al virus de la gripe estacional común está indicada anualmente en los niños cardiópatas mayores de 6 meses de vida y también en los hermanos sanos mayores de 6 meses y adultos (padres, familiares, cuidadores) que conviven con los cardiópatas, dado el riesgo que constituyen para ellos si contraen la infección gripal.
- Antivirus sincitial (VRS) administrando palivizumab (anticuerpos protectores) en menores de 24 meses (2 años) los meses de octubre a marzo (invierno) en cardiopatías complejas no corregidas y/o disfunción hemodinámica significativa y/o factores de riesgo asociados (ver más abajo). Es económicamente muy costoso y se administra en hospitales públicos. El virus respiratorio sincitial (VRS) es uno de los principales responsables de infección de las vías respiratorias (bronquiolitis), muy frecuente en los niños menores de 2 años de vida y que en los niños con cardiopatías congénitas puede desencadenar un cuadro más grave de lo habitual, con necesidad de ingreso en el Hospital, e incluso en Unidades de Cuidados Intensivos, debido a descompensación cardiológica.
Situaciones en las que está indicada la profilaxis del virus sincitial:- Cardiopatías congénitas, anatómica o hemodinámicamente significativas, como las que cursan con insuficiencia cardiaca, bajo peso por insuficiencia cardiaca, cianosis significativa y/o necesidad de tratamiento cardiológico intenso
- Hipertensión pulmonar moderada o severa.
- Miocardiopatías que requieren tratamiento médico
- Niños con arritmias severas, recurrentes, que tienen o han tenido repercusión hemodinámica y que precisan medicación crónica
- Niños con trasplante cardiaco o en lista de trasplante cardiaco
- Con factores de riesgo, como Síndrome de Down, Deleción 22q11 o Inmunodeficiencia.
Vacunas en niños con trasplante cardiaco
En los niños que van a recibir un trasplante cardiaco, y por tanto un tratamiento inmunosupresor, hay que seguir una serie de recomendaciones generales:
- Siempre que sea posible, se debe actualizar y completar el calendario vacunal antes de recibir el trasplante cardiaco.
- Las vacunas vivas atenuadas (triple vírica, varicela, herpes zóster, intra-nasal de la gripe, BCG, oral frente a la fiebre tifoidea y fiebre amarilla) deberán administrarse antes de las 4 semanas previas al trasplante y, en todo caso, evitarse en las 2 semanas anteriores al mismo, siempre que sea posible.
- Como normal general, las vacunas vivas atenuadas están contraindicadas en pacientes trasplantados y las vacunas inactivadas son seguras.
- Aunque las vacunas inactivadas son seguras en los pacientes trasplantados, siempre que sea posible, se recomienda administrarlas, al menos, 2 semanas antes del inicio del tratamiento inmunosupresor, con vistas a lograr una mejor respuesta a la producción de anticuerpos. En ocasiones puede ser necesario comprobar la respuesta vacunal mediante analíticas.
- En los pacientes trasplantados se recomienda la vacunación anual frente a la gripe con vacunas inactivadas.
- Todos los convivientes del paciente trasplantado de corazón deben tener actualizado el calendario de vacunaciones, con especial énfasis en la triple vírica, la vacunación frente a la varicela y la de la gripe anual, por el riesgo de trasmisión al niño trasplantado.
Consejos generales en la administración de vacunas:
- Siempre que sea posible, no deben administrarse vacunas unos 20-30 días antes y después de las operaciones ya que si provocan una reacción febril pueden ocasionar confusión diagnóstica y terapéutica, y obligar a cancelar las operaciones o sospechar en falso una posible infección postoperatoria.
- Su administración debe también retrasarse si el niño tiene una enfermedad febril aguda, especialmente si es una infección respiratoria, hasta que se encuentre libre de síntomas. Las infecciones menores sin fiebre no son motivo para retrasar las vacunaciones.
- No deben administrarse vacunas de virus vivos atenuados (sarampión/rubéola/parotiditis) durante tres meses como mínimo después de haber recibido transfusiones de sangre o hemoderivados (como ocurre habitualmente en el postoperatorio de las cirugías cardíacas). Es importante respetar este tiempo dado que la vacunación, tras recibir transfusiones de sangre y hemoderivados (plaquetas, plasma), puede ir acompañada de una disminución en la producción de anticuerpos, con la consiguiente pérdida de eficacia vacunal.
- Si se atrasa la administración de vacunas, o ante tiempos de hospitalización prolongados, como puede ocurrir en los niños con cardiopatías congénitas, en los que no se administran las vacunas durante largos periodos de tiempo, el pediatra dispone de un Calendario Vacunal Acelerado para que el niño reciba progresivamente las vacunas que le faltan.
- En casos especiales, y siempre que así lo estime el cardiólogo o pediatra del niño, puede ser aconsejable para prevenir la infección por virus sincitial no llevar a los niños a las guarderías, evitar aglomeraciones (centros comerciales concurridos y espacios cerrados) y extremar medidas de higiene, principalmente el lavado frecuente de manos y limpieza cuidadosa de juguetes, chupetes y biberones, donde puede permanecer el virus. Sin embargo, esta medida debe ser aconsejada con prudencia ya que altera importantemente la organización familiar.