Anestesia en cirugía y cateterismo de cardiopatías congénitas
Autor: Dr. Manuel Gabaldón (Jefe de Anestesia. Unidad de Cardiopatías Congénitas. HU. HM Montepríncipe. Madrid)

En este apartado vamos a intentar explicar de forma sencilla, clara y con palabras muy familiares, los aspectos más importantes sobre la anestesia que se realiza a niños con cardiopatías congénitas. Para ello, lo vamos a hacer respondiendo a las preguntas que todos los padres os hacéis más frecuentemente.

 

¿Qué es la anestesia y qué hace un anestesiólogo?

Podemos definir la anestesia como un acto médico “controlado “ en el que se usan fármacos para proporcionar sueño a un paciente ( “hipnosis”) , analgesia ( abolición de cualquier estímulo doloroso ) y relajación muscular ( ausencia de movimiento voluntario). Gracias a estos tres pilares básicos de la anestesia una cirugía o una prueba médica puede realizarse sin dolor , recuerdo ni movimiento. Por tanto un Anestesiólogo, es un médico especialista en Anestesia , cualificado y entrenado en el uso de fármacos anestésicos y capacitado para la atención y cuidados especiales de los pacientes durante las intervenciones quirúrgicas . Así mismo, el anestesiólogo tiene a su cargo el cuidado del paciente crítico en Unidades de Reanimación postoperatoria.
El papel del anestesiólogo es asegurar que su hijo no sienta nada durante la cirugía. Mientras su hijo esté anestesiado ,el anestesiólogo responsable estará con él durante todo el tiempo que dure la cirugía, monitorizando sus constantes vitales y poniendo todos lo elementos necesarios para realizar la cirugía con total seguridad.

 

¿ Cuánto tiempo tiene que estar el niño en ayunas y por qué?

Para cualquier procedimiento que se realice bajo anestesia general , es necesario que el estómago este vacío de contenido alimentario. Lo fármacos que usamos durante la anestesia para producir el sueño del niño hacen que éste pierda la capacidad para toser ,además de otros reflejos que protegen la vía respiratoria del paso del contenido del estómago. Los lactantes de menos de 1 mes deben estar en ayunas al menos 3 horas antes de la intervención.
Los niños entre 1 y 12 meses deben cumplir 4 horas de ayuno , pudiéndoles dar un líquido claro (fundamentalmente agua azucarada) en una cantidad determinada por su anestesiólogo, en función de su peso , hasta 2 horas antes de la intervención. Por último los niños de más de 12 meses y adultos deben estar 6 horas en ayunas.

 

¿ Qué anestesia se va a practicar a mi hijo para una cirugía del corazón y cómo se lleva a cabo?

Todas las intervenciones quirúrgicas en el corazón se realizan bajo anestesia general. Cuando el paciente entra en el quirófano lo primero que hacemos es “monitorizar” sus constantes vitales, mediante pegatinas (electrodos ) que registran en un monitor el electrocardiograma , un sensor de “pulsioximetría” ,colocado en un dedo, que servirá para medir la “cantidad” de oxígeno en sangre , y un manguito de tensión arterial que medirá la presión arterial del niño cada cierto tiempo .Todo esto se hace con el paciente despierto y lo más importante para los papás es que no produce ningún dolor . Al conjunto de estas herramientas para medir las constantes vitales del niño lo llamamos “monitorización NO invasiva”. Para inducir la anestesia en bebés y niños pequeños hasta los 12-13 años se utilizan gases anestésicos administrados a través de una mascarilla colocada en la cara del paciente. En el caso de los niños pequeños simplemente les pedimos que respiren normalmente por la mascarilla o que “soplen “ fuerte para inflar un “globo” ,que es un componente de la máquina de anestesia o respirador. Una vez que el niño se ha dormido procedemos a la canalización de una vía intravenosa para administrar otros fármacos . En el momento en el que el niño se duerme con el gas anestésico ya no es consciente de nada de lo que va a ocurrir a continuación y por tanto ni siente dolor ni tendrá recuerdo del “pinchacito” de la vía venosa periférica. En los adultos y niños más mayores podemos directamente poner la anestesia a través de la vía periférica canalizada con el paciente despierto , siempre y cuando no suponga una situación de stress. Si no es el caso, podemos proceder exactamente igual que con los niños pequeños , es decir , haciéndoles respirar gases anestésicos a través de la mascarilla facial, y pinchándoles dormidos. Posteriormente se administran otros fármacos por la vía intravenosa que van a profundizar ese “sueño” y proporcionar analgesia y relajación muscular para poder realizar en condiciones favorables la maniobra de intubación orotraqueal, es decir, lo que llamamos más coloquialmente “intubación “. Una vez el paciente intubado conectaremos el tubo orotraqueal a un respirador o máquina de anestesia que proporcionará una mezcla de gases anestésicos (para que siga dormido) junto con oxígeno y aire , ya que el niño no podrá respirar por sí mismo. En todo procedimiento de cirugía cardíaca es necesario ,además de la monitorización No invasiva mencionada anteriormente ,medir otros parámetros vitales más específicos como son la Presión Arterial Invasiva (PAI) y la Presión Venosa Central o PVC.
Para medir la presión arterial en cada latido del corazón debemos introducir un catéter en una arteria del paciente principalmente en la arteria radial o en la arteria femoral . Además ,a través de ese catéter podremos obtener muestras de sangre para su análisis y ver ,por ejemplo, en qué estado se encuentran los niveles de oxígeno o de hemoglobina en la sangre. Para medir la presión venosa central hemos de colocar un catéter en una vena “grande” del
cuerpo , normalmente la vena yugular o la vena femoral. A través de este catéter podemos también infundir al paciente sueros, hemoderivados y fármacos. Una vez que los dos catéteres arterial y venoso están colocados y funcionan correctamente, sondamos la vejiga del paciente para contabilizar la cantidad de orina y podemos empezar la cirugía . Esto puede llevarnos aproximadamente una hora desde que el paciente entra en el quirófano.

 

¿ Qué riesgo tiene la anestesia ?

En líneas generales podemos decir que el riesgo de la anestesia va directamente asociado con la patología cardíaca del niño y su estado preoperatorio , por eso es importante conocer el estado del niño antes de entrar al quirófano. Las complicaciones después de una cirugía cardiaca a “corazón abierto “ son raras y se estima en aproximadamente entre un 1 y 3 % de los casos. En la actualidad y gracias a los modernos equipos de monitorizacion, los nuevos fármacos anestésicos y la subespecialización de los profesionales dedicados a la anestesia cardiaca Pediátrica el riesgo de la anestesia general es francamente bajo.

 

Mi hijo debe realizarse una cirugía a corazón abierto, ¿qué significa eso? ¿Deberán transfundirle sangre?

Aunque en el apartado de “circulación extracorpórea” de la Web tenéis una explicación de cómo se realiza este tipo de intervenciones a corazón abierto , aquí , daremos unas pinceladas sobre en qué consiste y por qué en muchas ocasiones tenemos que transfundir sangre a los niños. Pues bien , para que el cirujano pueda reparar el corazón por dentro , es necesario que éste se encuentre vacío de sangre y sin latir , de lo contrario , no sería posible trabajar en él. Para vaciarlo de sangre, el cirujano utiliza unas cánulas que sitúa en los vasos sanguíneos que entran y salen del corazón. Mediante estas cánulas se deriva la sangre a una máquina que hace la función de corazón y pulmón , esto es, aporta a la sangre el oxígeno necesario y la reinyecta en el cuerpo dándole la presión necesaria para que llegue a todos los órganos . Para que el corazón deje de latir se inyecta un suero especial “sólo” al corazón y de esta manera se para en unos pocos segundos. En los bebes y niños de hasta 20-25 kg y por supuesto dependiendo el tipo de intervención, esas cánulas que el cirujano coloca para drenar la sangre ,deben también estar rellenas de sangre ,por eso es obligatorio “transfundir”, para rellenar las cánulas del circuito de la máquina de extracorpórea y así evitar que la sangre del pequeño se diluya mucho al entrar en la máquina. Una vez que la operación ha terminado , simplemente volvemos a rellenar de sangre el corazón y él “solito” comienza a latir , ayudado además por otros medicamentos que infundimos a través de la vía “grande “ que canalizamos antes de empezar la intervención . Cuando se comprueba que el corazón se contrae bien y que el paciente mantiene una tensión arterial correcta , el cirujano quita todas las cánulas del circuito , comprueba que no hay pérdidas importantes de sangre y cierra el tórax, para posteriormente salir del quirófano a la unidad de cuidados intensivos con el niño dormido.

 

¿Cuánto tiempo estará dormido en la UCI pediátrica?

Va a depender del tipo de intervención realizada , de la patología cardíaca del niño y de cómo se encuentre el corazón después de la reparación. Para intervenciones pequeñas, en niños con defectos simples del corazón y que hayan sido reparados satisfactoriamente podría estar dormido unas pocas horas. Para intervenciones más complejas normalmente esperamos unos días para despertarles, pero en todo caso va a depender de la evolución del pequeño . En ese momento nuestros compañeros intensivistas pediátricos os informarán de la evolución de vuestro hijo y de cuándo es el mejor momento para despertarlo.

 

A mi hijo han de hacerle una intervención a corazón “cerrado “¿ la anestesia es también general?

En intervenciones a corazón cerrado , la anestesia es también general y se procede de la misma forma en cuanto a la monitorización invasiva y no invasiva.

 

Mi hijo ha de someterse a un cateterismo cardíaco , en este caso ¿Cómo se procede con la anestesia?

Algunas defectos cardíacos puede repararse sin cirugía mediante la introducción de catéteres en el corazón a través de arterias o venas periféricas. Gracias a estos catéteres podemos subir al corazón un dispositivo para cerrar, por ejemplo, una comunicación interauricular o un ductus arterioso persistente. Los cateterismos terapéuticos requieren anestesia general en niños pequeños , sin embargo , en las mayoría de los casos evitamos “intubar” al paciente gracias a un dispositivo llamado Mascarilla laríngea, que se sitúa por encima de la laringe y nos permite ventilar al paciente sin necesidad de realizar la maniobra de intubación. Habitualmente usamos monitorización No invasiva ( electrocardiograma , pulsioximetria y medición de presión arterial con manguito de presión ). Cuando el procedimiento finaliza, despertamos al niño en la misma sala y lo trasladamos para que este 1 día en la UCI pediátrica.
Los adolescentes y adultos podemos hacer el procedimiento, sobre todo si éste es diagnóstico ,con una sedación sin necesidad de manipular la vía aérea, de manera que el paciente respira por sí mismo y sin ninguna ayuda.