Cirugía. La operación
Autor: Dr. Álvaro González Rocafort (Jefe de Cirugía, Unidad de Cardiopatías Congénitas, Hospital Universitario Montepríncipe. Madrid)
La mayoría de las cardiopatías congénitas complejas requiere para su curación una intervención quirúrgica. La cirugía es un proceso muy estandarizado que, en general, suele tener buenos resultados.

Las técnicas quirúrgicas son múltiples y frecuentemente se aplican varias en un sólo paciente. Unas amplían zonas estrechas cardíacas con un parche de plástico especial (implante protésico), o de tejido biológico animal (implante heterólogo), o humano (implante homólogo), o del propio tejido del niño que se extrae de otra zona (implante autólogo). Otras cierran comunicaciones intercamerales con parches. Otras comunican una cámara cardíaca con su correspondiente arteria con un conducto valvulado o no, y que a su vez puede ser heterólogo, homólogo o autólogo. Otras reparan artesanalmente con puntos una válvula cardíaca lesionada o la sustituyen con una prótesis artificial, otras cruzan los flujos sanguíneos con parches intracardíacos o seccionando y cruzando los grandes vasos, etc. Las prótesis e implantes difícilmente plantean problemas de rechazo, pero sí pueden infectarse, constituyendo esta circunstancia una grave complicación.

No suele haber relación entre la duración de la operación y la gravedad del caso. Las operaciones con circulación extracorpórea (a corazón abierto) duran entre 3 y 5 horas, mientras que las operaciones sin circulación extracorpórea (cerradas) duran de 2 a 3 horas.

En la organización de nuestra Unidad, unos días antes de la operación hay que ir al hospital (los padres llevan al niño al hospital) donde se va a intervenir para realizar unos análisis generales de sangre y reservar/preparar sangre para la operación. Todo ello en régimen ambulatorio.

El día anterior a la cirugía, la psicóloga se pondrá en contacto con los padres del niño o con el paciente (en caso de ser mayor de edad) con el fin de ofrecer el apoyo psicológico que pudieran necesitar antes, durante o después de la intervención. Ver preparación para la cirugía.

Los pacientes tendrán que permanecer en dieta absoluta, al menos 6 horas, antes de cualquier procedimiento quirúrgico que precise anestesia general. Los neonatos o lactantes pequeños pueden precisar la canalización de una vía venosa periférica para la infusión de líquidos durante el tiempo que permanezca a dieta absoluta.

El día de la operación

El niño, adolescente o adulto ingresa en el hospital el día anterior o ese mismo día, y no antes para disminuir al máximo el periodo de hospitalización. Se revisan los análisis de sangre y el anestesista ve al paciente y habla con él o con los padres, explicando el procedimiento anestésico. Se establece un período de ayuno absoluto (el paciente no puede beber ni comer nada) de 4 a 8 horas antes del inicio de la operación (depende de la edad del paciente).

En quirófano y según la edad, el paciente entra sedado o no, y se anestesia con gases primero y después con drogas intravenosas, o directamente con estas últimas. Por seguridad para el paciente, durante la operación y a lo largo de los días que permanece en cuidados intensivos, se monitorizan varios parámetros hemodinámicos que exigen la punción o disección de venas y arterias e implante de catéteres y sondas. Este proceso puede durar en niños pequeños hasta 1 hora que, para los padres, que esperan ansiosos, se constituye en tiempo operatorio. Ver esquema de monitorización en intensivos.

Después de realizar la cirugía, el paciente es trasladado a la unidad de Cuidados Intensivos para control del postoperatorio.