El ecógrafo y el método de la ecocardiografía
La ecocardiografía fetal es el estudio ecográfico específico del corazón del feto. El equipo que se emplea para ello o ecocardiógrafo, a través de una sonda que se pone en contacto con la piel abdominal de la embarazada (y ocasionalmente por vía transvaginal, solo durante el primer trimestre), emite ondas de ultrasonido (mecanismo similar al de los radares) que rebotan en las estructuras cardiacas fetales y son recogidas de nuevo por la sonda. La aplicación de un gel conductor facilita el paso de las ondas a través de la piel abdominal. Con estas ondas rebotadas, el ecocardiógrafo:
- construye una imagen bidimensional (estudio en 2-D y 3-D) del corazón fetal que muestra en pantalla tal como se ve en el video superior izquierdo en que se muestra un corazón normal fetal con sus 4 cámaras
- estudia los flujos de sangre del corazón fetal (estudio mediante doppler espectral y doppler color) tal como se aprecia en el video superior izquierdo que muestra un arco aórtico con flujo de sangre (color rojo).
Estas sondas de ultrasonido son inocuas para madre e hijo mientras se respeten las especificaciones de seguridad del aparato, aunque el margen de seguridad es amplísimo. En ningún caso los ecógrafos emiten radiación de ningún tipo.
El ecocardiografista fetal debe estudiar toda la estructura del corazón del feto intentando alcanzar sus partes más pequeñas, estudiar el flujo de la sangre a través de sus válvulas y vasos, evaluar el ritmo cardiaco y la situación hemodinámica general del feto (si la sangre circula de manera adecuada a las necesidades del mismo).
El tiempo medio de realización de un ecocardiograma es de 15-20 minutos, dependiendo de diversos factores como la calidad de la imagen, la edad gestacional, la presencia o no de cardiopatía o de la experiencia del ecocardiografista.
La calidad de las imágenes de cada estudio (lo que llamamos “ventana ecográfica”) varía de feto a feto, de embaraza a embarazada e, incluso, en la misma embarazada de mes a mes. Depende del tamaño del feto, de su edad gestacional, de su posición dentro de la madre, del grosor de la pared abdominal de la gestante, de que ésta se haya aplicado crema poco antes de realizarse la prueba… es decir, de múltiples factores. Hay valoraciones ecocardiográficas de 15 minutos de duración (es el tiempo mínimo) en las que se logran excelentes y nítidas imágenes, y otras mucho más largas en las que solo se obtienen imágenes aceptables, o insuficientes para dar un diagnóstico fiable.
Actualmente, la mayor parte de los ecocardiogramas fetales se realizan a petición del Obstetra que realiza la ecografía reglada del 2º trimestre, aunque cada vez se solicitan y se realizan en fases más precoces de la gestación, incluso a partir de la semana 13 o 14 de embarazo.
Objetivos de la ecocardiografía fetal
El objetivo principal del ecocardiograma fetal es la detección precoz de cardiopatías congénitas y arritmias fetales. En el primer video superior se observa un canal av fetal (Se observa un gran defecto de tabique o CIA por encima de las válvulas que se abren y cierran y un defecto más pequeño de tabique por debajo de ellas que es la CIV. CIA y CIV son típicos del canal AV). El segundo video superior muestra un corazón fetal con solo un ventrículo, es un caso de ventrículo único. Sirve también de ayuda cuando se sospecha o hay evidencia de alteraciones hemodinámicas (funcionamiento general del sistema circulatorio) del feto causadas por otros problemas no específicamente cardiológicos, como el crecimiento intrauterino retardado, el hidrops fetal de origen inmune o la transfusión feto-fetal entre gemelos; en estos casos, el ecocardiografista fetal puede afinar el diagnóstico de un posible fallo cardiaco fetal secundario a estos problemas. El objetivo último del estudio cardiológico fetal es, pues, el de proporcionar a los futuros padres y al Obstetra toda la información de que se disponga en ese momento sobre la posible cardiopatía del futuro hijo. Los profesionales, conscientes de la angustia con que los futuros padres acogen la noticia de la cardiopatía fetal, nos esforzamos por proporcionarles una información lo más detallada posible sobre la naturaleza, el tratamiento y el pronóstico de la cardiopatía, evitando sesgos en uno u otro sentido. Hoy día, todas las cardiopatías congénitas tienen posibilidades reales de tratamiento y, en la mayoría de los casos, el futuro recién nacido tendrá una buena o aceptable calidad de vida.
Qué preparación necesita la embarazada que va a hacerse un ecocardiograma fetal
La embarazada no precisa ninguna preparación especial ni estar en ayunas para realizarse la prueba. Es mejor que no se haya aplicado crema de ningún tipo en el abdomen en las horas previas a la exploración. El estudio se realiza con la paciente reclinada en camilla, generalmente boca arriba. Durante el tercer trimestre o con embarazos gemelares, cuando el abdomen de la gestante alcanza gran tamaño, puede ocurrir que la paciente se maree tras permanecer largos minutos tumbada boca arriba. Se trata de un incidente frecuente y sin importancia, causado por la dificultad para el retorno de sangre desde las piernas hacia la parte superior del cuerpo provocado por el peso del útero, y que se solventa al poner a la embarazada de lado para continuar el estudio.
Profesionales implicados en el ecocardiograma fetal y el seguimiento de madre e hijo
En nuestro medio, la mayor parte de los ecocardiogramas fetales son realizados por Cardiólogos Infantiles, si bien muchos Obstetras están muy bien cualificados para realizarla también.
El Obstetra, en su revisión general del feto, detecta las anomalías más importantes de todos los órganos fetales importantes como corazón, columna, riñón, hígado, sistema neurológico, etc., pero su especialidad puede en algunos casos ser limitada en el conocimiento de las anomalías de cada órgano. En el caso del corazón, es habitual que, ante la menor sospecha de anomalía, el Obstetra requiera la ayuda de un Cardiólogo Pediatra para que confirme o descarte la cardiopatía mediante la realización de un ecocardiograma fetal.
En la práctica médica clásica, la responsabilidad del Obstetra empezaba y terminaba en la embarazada, mientras que el feto, un gran desconocido hasta hace pocos años, era responsabilidad exclusiva del Pediatra a partir del nacimiento. Actualmente, sin embargo, se tiende cada vez más a ofrecer una actuación médica multidisciplinar e integrada para madre e hijo, considerando a ambos casi como una unidad desde el punto de vista médico. Obstetras, Cardiólogos Infantiles y Pediatras nos ocupamos de ambos pacientes durante toda la gestación.
Cuando se diagnostica una cardiopatía, el Cardiólogo Pediatra y el Cirujano Cardiaco Infantil proporcionan a la embarazada la información especializada acerca de la naturaleza del problema, su posible tratamiento y su pronóstico, y establecen de acuerdo con el Obstetra las recomendaciones oportunas para el seguimiento durante el embarazo, el modo y el momento del parto y las necesidades inmediatas del recién nacido.
Finalmente, el diagnóstico prenatal de cardiopatías graves ha demostrado que disminuye el estrés de los familiares y permite que el recién nacido nazca en un centro hospitalario terciario (con todos los servicios médicos y quirúrgicos) para recibir un tratamiento optimizado precoz, y este hecho disminuye la morbilidad (disminuye secuelas neurológicas y otros daños secundarios a la demora en el diagnóstico) al mejorar la condición prequirúrgica de los pacientes.