¿Cuándo hay que hacer ecocardiograma fetal?
Autor: Dra. Mónica Rodríguez (Fundadora de la UCC. Cardiólogo, Unidad de Cardiopatías Congénitas. Hospital Universitario HM Montepríncipe. Madrid)

El obstetra puede considerar indicada la realización de una ecografía fetal en muy diversas situaciones.

Entre las más frecuentes se encuentran:

1.- Sospecha de cardiopatía en ecocardiograma obstétrico reglado.

a.- El obstetra que realiza la ecografía, generalmente de segundo trimestre, sospecha la presencia de anomalía en el corazón del feto. Es la indicación más habitual, ya que estos profesionales cada vez conocen mejor el corazón fetal.

b.- A veces, el obstetra no identifica claramente anomalía pero no consigue ver adecuadamente el corazón, y nos remite a la paciente para que nosotros descartemos cardiopatía. Esta indicación la solemos denominar “mala ventana ecográfica”. Suele ser debida a la presencia de un panículo adiposo abundante en la gestante, a fetos pequeños o mal posicionados. La mayor parte de estos casos concluyen en un diagnóstico de normalidad.

2.- Signos ecográficos no cardiológicos de sospecha en el feto. Esta indicación suele sentarse en la ecografía obstétrica del primer trimestre. Los signos de sospecha más habituales son:

a.- Aumento de la translucencia nucal: En fetos entre las semanas 11-13, se practica en la ecografía obstétrica de rutina una medición del grosor de la nuca. Cuando este valor supera 2,8-2,9 mm, estadísticamente hay un aumento del riesgo de alteración cromosómica y/o anomalía orgánica en el feto. Entre estas anomalías orgánicas, unas de las más frecuentes son las cardiopatías congénitas.

b.- Flujo anómalo en el ductus venoso. Éste es un vaso que está abierto en el abdomen fetal y que se cierra pocas horas después del nacimiento. El flujo de sangre que discurre por este vaso debe presentar un patrón concreto de velocidades y dirección; cuando este patrón es anómalo, existe una mayor probabilidad de cardiopatía.

3.- Anomalía extracardiaca en el feto.

a.- Cualquier anomalía orgánica en un feto, ya sea en cerebro, huesos o cualquier otro órgano, o bien un crecimiento fetal retardado, o cualquier tipo de anomalía genética, estadísticamente presenta una probabilidad aumentada de asociarse a cardiopatía congénita.

b.- Entre estas anomalías, destacan por su frecuencia de indicación de ecocardiograma fetal la arteria subclavia derecha aberrante o ARSA (aberrant right subclavian artery). Se trata de una anomalía vascular presente en un 0,5% de la población. Algunas ARSAs van asociadas a diversas cardiopatías. En la mayoría de los casos no es así y se dice entonces que la ARSA es aislada. En este caso, no está demostrado que haya una mayor incidencia de anomalía genética en el feto. Es más frecuente en las niñas que en los varones.

4.- Causas maternas: Como diabetes, ingesta de determinadas sustancias como alcohol, anticonvulsivantes, o infección materna por rubeola en las primeras 12 semanas de embarazo, o con otro tipo de virus como parvovirus o coxsackie.

5.- Familiares de primer grado afectos de cardiopatía congénita. Si hay un hijo previo afectado, el riesgo para el hijo siguiente no suele superar el 2%-5%, excepto en situaciones muy especiales en que puede aumentar al 10%. Una gestante con cardiopatía congénita también tiene un riesgo levemente aumentado de transmitir la cardiopatía a su hijo.

6.- Indicaciones no claramente establecidas, pero que algunos grupos tienen en cuenta, son los embarazos gemelares, en los que algunos estudios sugieren mayor riesgo de cardiopatía congénita en al menos uno de los gemelos, y embarazos obtenidos mediante técnicas de reproducción asistida.

3.1.3.-foco-ecogenico-fetal
7. Algunos factores de riesgo de cardiopatía fetal, muy considerados hasta hace pocos años, actualmente han perdido vigencia y en están en desuso. Entre ellos está la edad materna, la arteria umbilical única o el foco ecogénico. Este último signo ecocardiográfico consiste en una bolita densa (ver imagen superior), generalmente pequeña y aislada en el ventrículo izquierdo, que aparece en al menos 2% de los fetos sanos, y que corresponde a la imagen de los músculos que sujetan la válvula mitral a la pared del ventrículo izquierdo. Cuando el foco es aislado, o son dos focos pequeños, se ha comprobado que no se asocian a cardiopatía congénita ni alteración cromosómica.