Nuestra Consulta preventiva de la UCC
Autor: Dr. Alejandro Rodríguez (Cardiólogo y Hemodinamista, Unidad de Cardiopatías Congénitas, Hospital Universitario Montepríncipe. Madrid)

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La consulta de prevención cardiovascular del joven deportista realiza un reconocimiento de pre-participación deportiva y un seguimiento del re-modelamiento cardiaco al que está sometido un joven hasta los 18 años de edad, para optimizar sus entrenamientos deportivos.

La consulta se realiza en una sola sesión y es conducida por un equipo de Cardiólogos Pediátricos especializados, revisando el historial clínico del paciente, antecedentes familiares relevantes, realizando una exploración física completa y orientada, un electrocardiograma, un ecocardiograma y una ergometría de esfuerzo, ofreciendo en el caso de que sea necesaria, la posible realización de otras pruebas complementarias, como Holter de ECG, pruebas genéticas o Resonancia magnética cardiaca. El reconocimiento pre-participación deportiva y el seguimiento cardiovascular descartarían más del 90% de los casos de muerte súbita en deportistas jóvenes, y esclarecerán, sin duda, qué está ocurriendo a nivel cardiológico en estos deportistas. Ello nos permitirá saber más acerca de las estrategias a seguir en el despistaje y seguimiento de estos deportistas.

De esta forma, estaremos en condiciones de ofertar un mayor apoyo a estos deportistas, a sus padres, técnicos deportivos y sistema sanitario ante las disyuntivas creadas por la especialización precoz en los jóvenes deportistas.

Este es el tríptico en el que anunciamos nuestra consulta de Prevención Cardiovascular del Joven Deportista.

 

Preguntas Frecuentes

Hacer deporte es saludable, pero ¿puede suponer riesgos para los niños?

Los beneficios cardiovasculares de realizar ejercicio físico de forma regular son bien conocidos, y todos los organismos científicos recomiendan la actividad física. En la actualidad hay un mayor interés por la práctica deportiva y, en general, de todo tipo de actividades que conllevan un sobreesfuerzo físico.  Éste no siempre se valora de manera adecuada a través de las pautas de prevención habituales y sus despistajes cardiológicos. El ejercicio es un arma de doble filo: es beneficioso para la salud, pero puede ser causa de deterioro cardiaco o muerte en determinadas situaciones. Cuando la actividad física es vigorosa puede conllevar un riesgo elevado, en especial para los niños asintomáticos afectos de enfermedades cardíacas no reconocidas, pudiendo desencadenar la muerte súbita. Datos actuales sugieren, que el riesgo de muerte súbita de origen cardiaco (MSC), puede ser hasta 3 veces mayor en los jóvenes deportistas que realizan competición, en comparación con los que no.

¿Qué niños deberían acudir a la Consulta de Prevención Cardiovascular del Joven Deportista y a partir de qué edad deberían hacerlo?

Aunque las pautas para la actividad física según las distintas edades están definidas, la competitividad ha provocado una mayor especialización deportiva, lo que se traduce en mayor número de horas dedicadas al entrenamiento y en contenidos más exigentes. Este contexto, unido a la escasa valoración de los atletas de elite “menores”, facilita el desconocimiento de las adaptaciones cardiacas en edades pediátricas.

Se recomienda realizar un reconocimiento de pre-participación deportiva y un seguimiento del re-modelamiento cardiaco al que está sometido un joven, desde los 8 hasta los 18 años de edad”.

El vacío en la valoración cardiológica de los jóvenes atletas viene determinado por la falta de consenso sobre qué y cómo se debe valorar en estas edades, al tiempo que el binomio coste-beneficio adquiere gran trascendencia. En España no hay una ley que prohíba participar en competiciones deportivas por causa médica, ni que regule los reconocimientos necesarios para su práctica. En países como Italia sí, y en este país se ha demostrado la eficacia de un control cardiológico previo, disminuyendo notablemente el índice de mortalidad súbita”.

Sin embargo, existe desde el 2015 una guía clínica de evaluación cardiovascular previa a la práctica deportiva en pediatría, avalada por el Consejo Superior de Deportes y la Sociedad Española de Cardiopatías Congénitas.

“Menos del 6% de los médicos cumplen con las recomendaciones para el cribado de enfermedades cardiovasculares en deportistas durante la edad pediátrica, y menos del 50% son conscientes de que existen guías clínicas”

Nos hallamos ante un agujero negro en cuanto al binomio actividad física-corazón en niños y adolescentes deportistas. Es recomendable, antes de empezar a desarrollar una actividad deportiva de manera constante, descartar cualquier trastorno anatómico y/o funcional del corazón, y también lo será el seguimiento de los corazones de los jóvenes deportistas que no han alcanzado su pleno desarrollo y están expuestos a cargas de entrenamiento que superan lo que convencionalmente entendemos como actividad saludable, esto es, la realización de ejercicio durante treinta a cuarenta y cinco minutos al día durante al menos tres a cinco días a la semana.

¿Qué nivel de exigencia se le puede pedir a un niño en el aspecto deportivo?

Todos los deportistas intentan conseguir estos objetivos: ser los más rápidos, grandes y fuertes. En la actualidad, conseguir la excelencia deportiva es imposible sin muchos años de dedicación a la misma, por lo que los entrenamientos comienzan a edades cada vez más tempranas. Los renovados planteamientos científicos en torno al entrenamiento implican esta mayor dedicación, con objeto que el deportista vaya expresando en cada época de su desarrollo el máximo de sus capacidades físicas. Ello suele conllevar el aumento del número de horas dedicadas a la actividad física en edades tempranas, pensando en la competición, y no solo en el ocio.

¿En qué consiste la consulta de prevención cardiovascular para el joven deportista y qué pruebas se realizan?.

La consulta de prevención cardiovascular del joven deportista se realiza en una sola sesión y es conducida por un equipo de Cardiólogos Pediátricos especializados, revisando el historial clínico del paciente, antecedentes familiares relevantes, realizando una exploración física completa y orientada, un electrocardiograma, un ecocardiograma y una ergometría de esfuerzo, ofreciendo en el caso de que sea necesaria la posibilidad de realización de otras pruebas complementarias, como Holter de ECG, pruebas genéticas o Resonancia magnética cardiaca.

“Los estudios han demostrado que la historia clínica personal y familiar sugiere anomalía cardíaca en menos del 1%, y el examen físico puede revelar una patología subyacente en sólo el 3% de los jóvenes examinados”

Una historia clínica y examen físico estandarizado para el despistaje de patología cardiovascular produce una alta tasa de falsos positivos en una población activa joven, con una sensibilidad limitada para identificar aquellos en riesgo de MSC. El ECG de 12 derivaciones ha demostrado que tiene una alta sensibilidad (60% a 91% de detecciones) para detectar los trastornos cardiovasculares asociados con MSC, pero baja especificidad (los hallazgos encontrados pueden no ser anormales). Estos hallazgos no necesariamente anormales pueden estar relacionados con los cambios dinámicos del corazón del deportista, a menudo causados por el entrenamiento. La realización de un ecocardiograma y una ergometría de esfuerzo por personal especializado disminuirá el número de falsos positivos (limitando el grado de ansiedad en los pacientes) y aumentará la especificidad para identificar aquellos con riesgo de MSC.

¿Qué ofrece la consulta?.

El reconocimiento pre-participación deportiva y el seguimiento cardiovascular descartarían más del 90% de los casos de muerte súbita en deportistas jóvenes, y esclarecerán, sin duda, qué está ocurriendo en sus corazones. Ello nos permitirá saber más acerca de las estrategias a seguir en el despistaje y seguimiento de estos deportistas.

De esta forma, estaremos en condiciones de ofertar un mayor apoyo a estos deportistas, a sus padres, técnicos deportivos y sistema sanitario, ante las disyuntivas creadas por la especialización precoz en los jóvenes deportistas.

Un niño diagnosticado de una enfermedad cardiaca, ¿tiene que dejar de hacer deporte para siempre? ¿Se recomienda algún tipo de actividad para estos niños?.

Los niños poseen la necesidad innata de moverse, jugar y llevar a cabo actividades físicas. La actividad física es necesaria para el adecuado desarrollo físico, emocional y psicosocial de los niños, tanto sanos como afectos de enfermedades cardiovasculares. La sobreprotección en forma de restricción de actividad física en estos pacientes conlleva sedentarismo, con sus problemas derivados. Por lo tanto, un niño no debe dejar de hacer deporte para siempre, aunque sea portador de una enfermedad cardiovascular, pero sí precisará un seguimiento adecuado y las recomendaciones precisas para poder llevar a cabo una vida activa minimizando riesgos.

La evaluación habitual en cada revisión cardiovascular, incluyendo la anamnesis, antecedentes médicos y quirúrgicos, exploración física, un ECG y una ecocardiografía, nos dará  las claves sobre la necesidad y tipo de una eventual restricción deportiva. Recientemente han sido publicadas unas Guías europeas orientadas a la edad pediátrica, con referencia no solo al deporte de competición, sino al ejercicio físico ordinario y recreativo, y a programas de entrenamiento. Es importante en la mayoría de estos pacientes, aun cuando esté contraindicado el deporte de competición, prescribir un modo de vida activo y programas de entrenamiento físico adecuados a su situación.